La medición efectiva de la pobreza en México
Luis Fernando Hernández González.
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La medición de la pobreza desde la óptica de dos organismos autónomos genera discusión y controversia, mientras que el Coneval sostiene que la pobreza es originada por la medición según el grado de distintas carencias sociales que se tienen, como son salud, educación, vivienda, condiciones de vivienda, ingreso familiar y grado de cohesión social; el Inegi advierte que la pobreza estriba en el grado de ingreso que poseen las familias mexicanas, que a mayor ingreso por supuesto existirá mayor bienestar, sujetando este criterio a que en los últimos años ha prevalecido particularmente 2014, 2015 y lo que va de 2016, así el grado de pobreza en la población nacional se ha visto disminuido al percibir mayores ingresos económicos en los hogares mexicanos según advierte la encuesta realizada por este organismo durante el año pasado.
Al señalar que es en las zonas rurales donde se agudiza la desigualdad del país, dice la encuesta del instituto más de la mitad del ingreso total se ubicó en 20% de hogares en 2015; con esta información que publicó a mediados del pasado mes de julio el Inegi, difundió los resultados del levantamiento del Módulo de Condiciones Socioeconómicas 2015, que presume, tuvo criterios de captación y verificación de información en campo de mayor rigor.
Sin embargo, notificó que las acciones instrumentadas impiden comparar los resultados de 2015 con ejercicios estadísticos previos. Al respecto, el Coneval denunció que las acciones del Inegi modificaron una de las variables indispensables para medir la pobreza, lo que trae una ruptura en la evolución histórica de las mediciones presentadas desde 2008.
El consejo señaló que la modificación del Inegi al ingreso de los hogares se aprecia, por ejemplo, en el alza de 33.6% del ingreso en los hogares más pobres en un año, una vez descontada la inflación, lo cual no es congruente con la tendencia manifestada en otros instrumentos del Inegi y con otras variables económicas que el mismo organismo sostiene.
Los resultados del Módulo de Condiciones Socioeconómicas del Inegi que generan esta controversia de medición de pobreza provinieron de entrevistar a 64 mil 93 familias el año pasado, de las cuales 15 mil 133 (24%) se ubicaban en zonas rurales y 48 mil 960 (76%) en urbanas.
Según la Ley General de Desarrollo Social (LGDS), el Coneval tiene la atribución de medir la pobreza a nivel nacional, estatal y municipal; mientras el Inegi debe captar en hogares del país la información de las variables que conforman la medición de la pobreza.
Con esta encuesta, se agudiza la desigualdad de acuerdo con el análisis reciente del Inegi, más de la mitad del ingreso total en el país se concentró en 20% de los hogares y la inequidad fue más evidente en localidades rurales.
Las familias más pobres del país percibieron 2 mil 723 pesos al mes en promedio en 2015, en tanto las más ricas obtuvieron 53 mil 856 pesos, es decir, captaron 20 veces más recursos.
La desigualdad en la distribución del ingreso se agudiza en el campo, donde existe una brecha de 21.5 veces, mientras en ciudades fue de 19 veces.
Fuentes de ingresos. De acuerdo con el Inegi, 46% de los recursos económicos que obtuvieron las familias en zonas rurales se debió a remuneraciones por trabajo subordinado, es decir, por ser trabajador asalariado.
La segunda fuente de ingresos significó 20% y se derivó de transferencias, como por ejemplo ingresos por remesas, beneficios provenientes de programas gubernamentales, jubilaciones, pensiones y becas educativas.
La tercera fuente representó 15% y fue por trabajados independientes, por ejemplo un dentista, quien hace un trabajo pero no depende de un patrón.
Los hogares que habitan en las ciudades tienen como principal fuente de ingreso las remuneraciones por trabajo subordinado, pues representa 58% de sus recursos, mientras las transferencias suponen 14%.
En Nuevo León residen los hogares más ricos del país, con un ingreso promedio de 22 mil 279 pesos al mes en 2015, seguido de las familias que habitan en la Ciudad de México y Baja California Sur.
En cambio, las familias más pobres se encuentran en Guerrero con recursos por 9 mil 195 pesos mensuales y después Oaxaca y Chiapas.
Para darnos cuenta de algunas de las consecuencias que tiene esta modificación de la metodología estadística, les comento que con este cambio de parámetros que instrumentó el Inegi, por ejemplo, el número de población considerada en estado de pobreza en nuestro país se reduce de 53 millones a 48 millones de 2012 a la fecha.
Es importante hacer una consideración oportuna para este caso, en el sentido de que el Inegi es verdaderamente autónomo y altamente profesional. A partir del 15 de julio de 2008 el Instituto obtuvo su autonomía constitucional. Este instituto se encuentra dirigido por una Junta de Gobierno de cinco miembros, designados por el presidente de la República y ratificados por la Cámara de Senadores. Uno de los miembros de la Junta de Gobierno funge como presidente.
Sobre el alto grado de profesionalismo del Inegi, se debe de enfatizar en dos hechos objetivos el primero referente a que el Inegi cuenta con la prestigiosa certificación ISO 9001 en la medición del Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), de donde obtenemos los cálculos de inflación; y segundo, que el Inegi fue receptor de la certificación del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre la instrumentación del Sistema de Cuentas Nacionales de Naciones Unidas, con la que sólo cuentan las agencias estadísticas de Estados Unidos, Canadá y Australia.
Esta controversia estriba en que defendiendo y definiendo su profesionalismo ambas instituciones, buscan el carácter de complementariedad de esta difícil situación que les ocupa, como lo es el estudio, análisis y por consecuencia de ello la mejor forma de atender este grave y significativo contexto de pobreza, al considerarse la misma como la más difícil de las disparidades que tiene la población del país, sus segmentos poblacionales y regionales y por sus consecuentes apuntalamientos de base para alcanzar significativos grados de desarrollo social y humano, que son al final de cuentas a los que aspiramos como nación moderna y competitiva.
En Coahuila existen más de 80 programas de orden social que buscan atender marginalidades, rezagos y vulnerabilidades de los habitantes de todas las regiones, lo mismo del medio urbano que del rural razón por lo cual se pude sostener que en el estado se atiende esta difícil desigualdad entre sus segmentos poblacionales.
La pobreza existe, mas es necesario entender y comprender su significado, para de esta manera tomar las medidas como sociedad de mayor efectividad que nos ayuden a reducirla y no solamente a contemplar su origen y condición de la misma, sino más bien para atacar su principio y diseñar efectivas estrategias para superarla.
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